martes, 12 de julio de 2011

Reclutamiento

-¡Al fin, el último!-
Karkamov se sacudió las manos y contempló su trabajo.
Había colocado (o intentado colocar, ya que no se le daban las manualidades), el último de los anuncios, desde Kharanos hasta los puestos de guardia Norte y Sur en la frontera de Loch Modan.
Maroma, su fiel loba blanca, contemplaba atónita el anuncio, intentando encontrarle sentido.
Caminaron hasta la taberna más cercana, no muy lejos del túnel entre las dos regiones, y pidió que le trajeran un tarro de cerveza afuera, para poder convivir con su mascota.

Al primer trago sintió como el calor le descendía por la garganta.

Cuando los guardias empezaron a movilizarse hacia Kharanos tan súbitamente, Karkamov alzó la vista al cielo y vió las densas columnas de humo que ascendían  provenientes del poblado.
Pero, en vez de alistarse para correr al auxilio de la población, nada más tomó otro trago de su tarro.
<Si tuvieron las agallas para correrme a mi de las filas de sus guardias, a ver si se las pueden arreglar sin mi.> Sonrió.
Una leve brisa agitó los pastos que salían de la nieve al igual que su barba blanca.
Pronto el puesto de guardia quedó con pocos guardias, pero empezó a llenarse de refugiados que huían del ataque de Kharanos.
<A ver si entre estos hay alguno que tenga dos dedos de frente y su una a la expedión...>
Respiró hondo y tomó otro trago.

En Dun Morogh, cerca de la frontera con Loch Modan, había una taberna. Kanur y su escarabajo, Shockwave, se encontraban pasando por ahí. Kanur no tardó en encontrar una nota de reclutamiento que, si bien se notaba que no había sido escrito por un escriba de la realeza, era mucho más legible que los garabatos indescifrables que escribían los ogros (era acaso escritura eso?) y que tantos problemas le habían dado en Feralas.
-Mmhh, cien monedas de oro y lo que me encuentre, no es mala oferta. Y necesito el dinero. ¿Qué dices Shockwave?-
El escarabajo le chilla de manera condescendiente.
-Perfecto, vamos-
Kanur pasó junto a un enano y su loba de camino a la taberna. Dentro le dijeron que la persona a quien buscaba era el enano que estaba afuera, y Kanur tuvo que volver a salir, ésta vez se dirigió al enano.
-Disculpe...
El enano no más lo vio casi escupió su bebida. Al parecer, la gente no estaba del todo acostumbrada a los huargen.
-Perdone por eso- dijo rápidamente, cambiando a forma humana.
-No, no es por eso, es que apareciste por detrás y me sobresaltaste. ¿Qué quieres?
-Quisiera hablar sobre el anuncio que usted puso. Me interesaría participar en su expedición
Una sonrisa se formó entre la gris y poblada barba del enano.
-Perfecto, toma asiento. Estás contratado.
                                
<Un huargen, esto si que es nuevo> pensó Karkamov después de inspeccionar a su compañero.
Las horas pasaban y nadie más se presentaba frente a él a las afueras de la taberna.
-Bien, creo que es suficiente-.Karkamov se levantó de improviso.- Cualquiera que quisiera unirse a la expedición debería de haber llegado ya, y quien decida hacerlo después supongo que puede alcanzarnos en el camino.-
Maroma sacó la lengua y miró a su amo, expectante de la aventura.
-Son tres días de viaje, así que yo recomendaría salir desde ahorita-. Karkamov volteó hacia el Huargen- ¿no lo crees...? ¡Vaya, es cierto! con la emoción de la aventura se me ha olvidado preguntarte tu nombre.
                               
-Puede llamarme Kanur, señor Pielrroca- le dijo Kanur
-Y tú puedes llamarme Karkamov, no hacen falta formalidades- le dijo el enano lavantádose de la silla en la que estaba y estirándose.
-Y ¿cuál es el itinerario?-
-Pues, iremos a Forjaz, conseguiremos equipo y provisiones allí, tomaremos el tranvía subterraneo a Ventormenta, y viajaremos hacia las montañas Crestagrana. Desde allí iremos al norte a la entrada de Las Estepas Ardientes, y al oeste hasta la Montaña Rocanegra ¿Qué te parece?
-Me parece buena idea, aunque podríamos poner anuncios en Forjaz o Ventormenta para reclutar más gente, creo que tendremos más suerte en la ciudad que aquí- dijo Kanur
-Perfecto, está hecho- dijo Karkamov, yendo hacia su montura -vamos no perdamos más tiempo-
-Muy bien- dijo Kanur, convirtiéndose en huargen otra vez y poniéndose a cuatro patas, listo para correr como el viento -no te quedes atrás Shockwave!- le avisó a su escarabajo, que si bien parecía lento, era capaz de alcanzarlo e incluso adelantarlo en carrera.
Y allí partieron, enano y huargen, loba y escarabajo, rumbo a la aventura

Forjaz, la gran ciudad de Forjaz.
Karkamov y Kanur, con sus respectivas mascotas, caminaron por lo amplios corredores, entre los cientos de aventureros, comerciantes y demás personas que transitaban la bulliciosa ciudad.
-Muy bien, Kanur.- Karkamov empezó a pegar uno de sus anuncios en una pared de roca- tenemos unas...-volteó a ver su reloj de pulsera- seis horas para conseguir todas las provisiones y armamento, ya que no planeo quedarme mucho tiempo en Ventormenta una vez que lleguemos. En cuanto nos bajemos del tren nos dirigimos hacia las puertas de la ciudad a ver si encontramos transporte hacia las montañas.- Acabó de pegar su cartel y ya se disponía a pegar otro- Así que arregla todo lo que tengas que arreglar y encuéntrame en la taberna central en seis horas. ¿Está claro?-

Karkamov se alejó de su compañero buscando nuevos lugares para pegar más anuncios.
-¡Sirve que convences a alguien más de que se nos una!- Alcanzó a gritarle antes de dar la vuelta en un corredor.

<Mientras tanto en la magnífica ciudad enana de Ironforge>


...Más específicamente en la Biblioteca de la gran sección conocida como Cámara de los exploradores...

Entre los tantos estantes que contenían libros y manuscritos antiguos de la historia enana y el desarrollo de su cultura, dos personas discutían causando cierta molestia a los estudiantes y escribas presentes también. Uno era un enano al que los años lo habían desgastado quizá físicamente pero mostraba una fuerte personalidad contra la persona con la que discutía, esta estaba vestida en gruesas túnicas, era de gran estatura y tenía puesto un velo en la cabeza del cual dos largos objetos curvos sobresalían de cada lado.

-Cuantas veces vas a seguir insistiendo? Ya te he dicho durante TODA la semana que no puedes tener acceso a esos documentos! No puede entrar eso en tu cabeza? o es que esos cuernos son tan pesados que ya perdiste la capacidad de entendimiento?

La segunda persona quedo en silencio después de ese comentario... Antes de que el enano pudiera continuar con su discusión un gnomo interrumpió.

-Profesor puede que sea muy respetado en toda la academia y tenga grandes logros en la historia guardada en estas cámaras pero... esta sigue siendo la Gran biblioteca y nadie puede hacer un disturbio como el que usted esta armando con este... extraño individuo...

A lo que el viejo profesor respondió.

-Bah! viste como me haces quedar?

-Profesor... que le acabo de decir?

-De acuerdo chico, dejaremos la biblioteca en paz. En cuanto a ti! Deberías aprender algo de este joven y ser mas respetuosa con tu tutor... y que rayos haces con esas túnicas tan pesadas encima? debes de estarte asando con todo eso y el calor de la forja! por Modimus chica... me avergüenzas...

Mientras ambos personajes salían de la Biblioteca la alta y hasta ese momento silente persona replico.

-Yo tampoco lo escogí como mi maestro, profesor. Yo vine a esta región con deseos de ampliar mis conocimientos sobre los diferentes reinos de este continente y cuando vine a esta ciudad a pedir tutela de los grandes investigadores de IronForge

-Esa parte ya me la se niña... no tienes que recordarme que te pusieron como mi "util" asistente.

-... y por cierto

Dijo la asistente del profesor mientras se retiraba el velo y aflojaba la túnica.

-Esta "extraña" forma de vestir es común de usar en mi pueblo, profesor. No hay porque avergonzarse de los orígenes de uno.

Explico la draenei con curvos cuernos mientras se arreglaba su basta cabellera con una banda con dijes.
Ambos caminaron y siguieron contradiciéndose hasta llegar a una de las populares tabernas  de la ciudad alrededor de la gran forja.

-Mira niña, se cuanto te has esforzado por tratar de encajar en este entorno y cuanto te ha costado llegar a conseguir mostrar tu tesis al gran doctorado de exploración y ser aceptada como profesora en la liga de expedicionarios.
Pero no puedo ayudarte a tener acceso a la sección del clan Hierro negro, no desde que ahora tienen voz en el concejo. Uno de sus primeros decretos fue prohibir toda información de su clan en la Biblioteca a los extranjeros.

-No puedo continuar sin esa información! he pasado mucho tiempo tras este ideal! he dejado tanto por esto..

-Te lo he dicho solo puedes hacer dos cosas: o bien pides audiencia al consejo

A lo que la draenei interrumpió rápidamente.

-Sabe muy bien que eso tomaría semanas con tantas riñas entre los clanes y seguro la princesa Moira me negara el acceso!

-Me dejaras terminar o que? cría impaciente.

La draenei tuvo que contenerse y retomar postura para evitar otro pleito como el de la biblioteca.

-... O bien podrías conseguir una escolta de hierros negro que te lleven a su ciudad y te permitan tener acceso a la parte interna.

El enano tomo un trago de su cerveza mientras la draenei luchaba consigo misma por estar calma.

-ESO... es mas descabellado que pedir una audiencia... de hecho creo que es lo que usted quisiera para deshacerse de mi...

-JAJAJA, no es mala idea chica! camarera traiga otra jarra de cerveza y un vaso con leche de cabra para la criatura AJAJA- EH! KAVALA! A DONDE VAS!? JAJAJA BUSCARAS LA ESCOLTA?

Kavala se retiró de la mesa dejando embriagándose a su tutor, mientras se repetía a si misma lo orgullosa que es su gente por su gran virtud de paciencia con otras razas, aunque algunas no la merezcan.

La draenei volvió a acomodarse la túnica y suspiro mientras se sentaba en las bajas bancas afuera de la taberna.

-Ignora a ese viejo, debe haber una buena manera de tener acceso a la historia de los hierro negro.

Se dijo a si misma.







Un hombre vestido con unos elegantes pantalones negros con una espada al cinturón, camisa de seda fina colores azul y negro, y unas botas negras altas había estado observando desde un rincón de la taberna al enano y la draenei discutir.
"Cuanta tensión" -pensó.
Pagó por lo consumido a la camarera, mas no sin antes pedir unL néctar dulce.
-Es raro -le dijo la camarera -, de todas las veces que le veo por aquí nunca consume cerveza, sólo pide néctar o algo ligero.
-La cerveza es amarga, yo prefiero lo dulce -respondió el hombre.
Se llevó el néctar despuès de dejar como propina una moneda de oro.
-Pero deja mejores propinas que la realeza -dijo la enana al tomar la moneda que había dejado el hombre sobre el mostrador.

Salió de la taberna y encontró a la draenei sentada en una banca. No parecía molesta, pero no le sorprendía, sabía que los draenei eran pacientes. Con un gesto benevolente le extendió la botella con néctar.
-Para aliviar la tensión sin los perjuicios del alcohol -le dijo el hombre -. Vi la discusión de lejos, no pienso meterme en sus asuntos -le dijo al ver la expresión de desconfianza de la draenei.
-Gracias -tomó la botella la draenei.
-De nada, no me gusta ver a la gente así.
El hombre se sentó en silencio a una distancia prudente de esa draenei y continuó con la charla:
-Pareciese como si todos los enanos fuesen así, pero los conozco, y la cerveza es parte de ellos, son como una raza incomprendida, tan sólo ignore sus borracheras, son parte de su cultura al final.
-Sí, su cultura -dijo con recelo la draenei.
Hubo un momento de silencio y la draenei sintió un aura familiar en el extraño con el que estaba, lo que le permitió hablar un poco más:
-Pareces conocerlos bastante.
-Conviví con ellos en varias ocasiones -hizo una pausa como recordando momentos lejanos -, aunque a veces eran unos puercos, pero son de fiar.
Estuvo a punto de preguntar por los hierro negro, pero se contuvo.
-¿Y qué haces tan lejos de tu hogar? -preguntó la draenei.
-Tenía varios bienes en las arcas de Forjaz, pero hoy en la mañana los retiré y envié a un lugar más seguro. Realmente prefiero alejarme de las ciudades por ahora, la política no anda bien.

Las intenciones del hombre en ese momento eran conversar un poco antes de decidir qué hacer más adelante, pues realmente no tenía planes desde que la batalla contra el Rey Exánime había concluido. Participado en esa batalla y en la batalla allá en Terrallende ahora se encontraba retirado y lo único que buscaba era una aventura distinta.

La razón por la que hablaba con la draenei era porque respetaba su raza y, al haber convivido con su gente durante una breve, pero productiva jornada, le pareció una perfecta oportunidad para tener una agradable conversación.
-A todo esto, no me he presentado: puede llamarme Zhio -dijo el hombre -. ¿Cuál es su nombre si se puede saber?
...

Karkamov decidió que, después de todo el trabajo que le había llevado pegar los carteles por todo Forjaz, se merecía una buena cerveza.
Caminó con su fiel loba a su lado hacia la taberna central, aún quedaban un par de horas hasta encontrarse con Ranuk, pero bien podía gastarlas en uno o dos bebidas, o tres o cuatro...
Pero un ligero tintineo en su petaca de municiones le recordó que necesitaba ir de compras.
-¡Me lleva...!-Maldijo Karkamov- Yo que ya quería sentarme a descansar.-
Ató una correa del cuello de Maroma a un poste de la taberna.
-Me esperas, chica. Pórtate bien-
Caminó el trayecto hacia la tienda de municiones con muy mala actitud, deseando acabar con eso lo más rápido posible.
La tienda estaba casi vacía. El encargado detrás del mostrador le enseñaba un rifle de cacería a un enano encapuchado, el cual no parecía muy convencido.
-Se lo dejaré para que lo piense- le dijo el vendedor al encapuchado antes de voltearse hacia Karkamov- ¡Buenas! ¿En que puedo ayudarle?
Karkamov sacó una bala de su petaca y la puso sobre el mostrador.
-Quiero unas mil piezas de estas- le contestó Karkamov mientras el vendedor lo apuntaba en una libretita- también unas doscientas balas de plata, cien de esas balas explosivas y...- Examinó las cajas de municiones por las paredes de la tienda- deme otras cien de etsas, las venenosas.-
El encargado apuntó todo y se retiró a la tras tienda para conseguir todas las balas.
Karkamov esperaba impaciente, mirando su reloj de pulsera cada cinco segundos.
-Parece que te espera un viaje peligroso, amigo- una voz sacó a Karkamov de su impaciencia, volteó y notó que el encapuchado le hablaba, pero sin quitar la vista del mostrador.
-En el más puro respeto ¿Qué le importa?- le soltó Karkamov, estresado porque se le iba el tiempo de beber.- Además no me ande diciendo amigo.-
-Corren los rumores de que buscas aventureros para una expedición- el encapuchado seguí sin mirarlo- Una expedición que puede resultar bastante peligrosa-.
-Estoy buscando gente o muy valiente o muy desesperada- Karkamov sonrió para si- ¿Cuál de los dos eres tu?
-Nada más tengo que decirte que te andes con cuidado-
Karkamov se sorprendió.
-¿Qué?-
-Ándate con cuidado, amigo.- El encapuchado hablaba con tono burlón.- Que si quieres intentar algo contra los Hierro Negro, o pero, contra las profundidades de Roca Negra, tienes que andar cuidándote las espaldas-
Karkamov reaccionó casi de inmediato, agarró al encapuchado por el pecho y lo atrajo hacia él.
-¿Cómo demonios sabes que...?- Pero la capucha se dobló en sus manos, la figura desapareció dejándole una simple capa negra a Karkamov, la cual empezó a volverse ceniza y desapareció con el viento.
El encargado volvió de la trastienda con las cuatro cajas. Se sorprendió al no ver al encapuchado y, decepcionado, guardó el rifle de cacería en un estante.
Karkamov pagó el precio de las balas, recogió su orden, se disculpó y salió de la tienda.
Cuando volvió a la taberna, Maroma lo esperaba ansiosa, y empezó a chillar cuando se dirigía adentro. Así que le pidió a la camarera que le trajera un tarro de cerveza afuera y se quedó acariciando el blanco pelaje de su loba, intentando descifrar lo que acababa de pasar.
                               
 La draenei terminó de tomar unos sorbos del néctar dulce que su acompañante le había invitado y sin despejar la mirada del vaso respondió.

-Kavala de... No, solo kavala, asistente del profesor Thurimar Stonethorn, un placer y gracias por la bebida.

Kavala sabía que era muy poco cortés de su parte retirarse a mitad de una conversación con alguien que tan des interesadamente le estaba haciendo compañía en la espera de su tutor, por lo que no se retiró como planeaba hacerlo.

Zhio sin embargo logró percibir la intención de Kavala pero para evitar incomodarla fingió no haberse dado cuenta.

-No te preocupes, el placer es mío.

Kavala veía tantos enanos caminando por las calles de la ciudad, tan parecidos y diferentes a la vez, podía ver que las palabras de Zhio eran acertadas, no podía poner a todos en la misma clasificación que le había dado a su profesor.

-Debo disculparme por mi frialdad.

Dijo Kavala finalmente quitando la mirada de su vaso de néctar y dirigiendose a Zhio.

-He viajado tanto en estos últimos días a un ritmo muy apresurado y casi no he podido tener una conversación tranquila con nadie.

-Suele pasarle a cualquiera

Zhio seguía demostrando una paz y tranquilidad en su comportamiento a la vez que seguía emanando esa aura de confianza que a Kavala le sorprendía él poseyera.

-Perteneces a la Liga de exploradores, debes de sentirte orgullosa por ello.

Dijo Zhio viendo la marca de la Liga en la banda con dijes del cabello de Kavala.

-Ah... (notando que Zhio veía su banda) esto? no (sonriendo) esto es solo un regalo.
Aún no estoy en la Liga, soy por ahora una estudiante...

Kavala se detuvo un momento y viendo que no había ninguna intención sospechosa en Zhio continuo.

-Veras, yo solía trabajar en la casa de huérfanos en Ciudad Shattrath, después que el peligro en Outland disminuyera se presento a oportunidad de traer a algunos huérfanos a las tierras natales de sus razas. Hablo de los niños humanos descendientes de la expedición de la alianza que quedó varada en nuestro mundo por 20 años.

-Por supuesto, conozco la historia de los hijos de Lothar.

Kavala sonrió una vez mas, esta vez tras ver el conocimiento que compartía con su acompañante.

Cuando se presento la oportunidad traje a los niños a la ciudad humana de Stormwind y me quede con ellos hasta asegurarme que todos encontraran un hogar. Finalmente mi misión se cumplió.

-Ya veo, entonces ahora vas tras una nueva meta.

-Así es, me quede en la casa de huerfans de Stormwind y junto con las demás matronas hemos decidido abrir una sección en la plaza de la catedral para una escuela.

-Y es ahí donde viene toda esta investigación, tienes una gran determinación para ir por tus ideales Kavala.

-Eres muy amable, pero me temo que se me ha presentado un cierto retraso.

Kavala continuó hablando sin darse cuenta lo mucho de su vida y metas que estaba revelando gracias a la tranquilidad que su acompañante transmitía. Por supuesto que no revelo su triste y violento origen.

-Dices que tienes amistades con varios miembros de clanes enanos... Zhio conocerás a algún

Notando cuanto había revelado de ella, Kavala volvió a ser cuidadosa en sus palabras. Bajando la voz y retirando su mirada de Zhio.

-... miembro del clan Hierro negro...

<El silencio entre los dos se hizo presente, solo se oia las risas enanas, el sonido de las jarras de cerveza y el jaspeo de la mascota de un enano que se acercaba a la taberna.>

Zhio se sorprendió un poco ante la pregunta, pero no dudó en responder:
-Sí, pero no son exactamente los tipos de enanos que hagan favores gratuitamente.
-Continúa, pero en voz baja por favor -insistió Kavala.
Zhio se sacó la espada del cinturón para mayor comodidad, la dejó en la banca y se acercó discreta y disimuladamente a Kavala.
-Alguna vez viajé a la Garganta de fuego ((Searing Gorge)) y conocí a un grupo llamado La Hermandad del Torio. Desconozco tus intenciones, pero no las digas, y menos aquí. Recuerda que los Hierro Negro pueden estar aquí.
Nuevamente hubo un silencio entre ambos.

Mientras tanto un enano estaba entretenido bebiendo mientras acariciba a su mascota a las afueras de la taberna, no muy lejos de donde se encontraban Kavla y Zhio. Ya habían notado su presencia mientras conversaban, pero no le prestaron importancia.

Zhio no hizo notar su preocupación, al contrario, siguió tranquilo como siempre, pero le inquietaba en lo que pudiese meterse Kavala, no porque fuese algo que le afectase a él, simple y sencillamente su instinto le decía que habría problemas. Como paladín que era, estaba dispuesto a seguir de cerca lo que presentía se avecinaba.

-Voy por algo más para beber, ¿te apetece algo? -preguntó Zhio.
-No, gracias -respondió Kavala.

Iba hacia adentro cuando el enano que había estado con su loba decidió entrar también.
-Oiga, camarera -alzó la voz el enano, pero no pudo completar lo que iba a decir al tropesarse con Zhio -. ¡Aggggg! Fijáte chico, no quieras meterte en problemas -le dijo Karkamov cuando le tiró la jarra de la mano.
-Lo siento, señor -se disculpó Zhio.
-¿Sí, qué quiere? -llegó la camarera.
-Una ronda de su cerveza rubia de Theramore para el señor -le dijo Zhio -la camarera se fue -. Lamento haberlo molestado.

Zhio volvió con agua. La camarera le vio como un bicho raro, al igual que el enano al ver lo que había pedido. Zhio se fue a sentar con Kavala de nuevo.

-Lamento la tardanza -se disculpó Zhio -. Gracias por cuidarme la espada.
-De nada -respondió Kavala.
Una vez más el silencio se hizo presente.

Mientras tanto el enano...

El enano dio un trago a la gran jarra que le había invitado Zhio.
-Es raro, pero de buen gusto -dijo al dar el trago.
Dio otro trago y vio donde estaba sentado. No era un enano que acostumbrase retractarse por su comportamiento, pero esa cerveza era costosa y no siempre tenía la oportunidad de costeársela, por lo que se propusó ir a darle al menos las gracias; aunque no tenía intenciones de disculparse. Se levantó de la banca y desató a su mascota para ir a acompañar a aquel hombre mientras esperaba a su acompañante.

...

-Discúlpenme que los interrumpa- Karkamov intentó disimular la ligera borrachera- Pero mientras me dirigía hacia acá para agradecerle a este joven la bebida. muy buena, por cierto; no pude evitar echarle un vistazo a sus vestimentas-.
Miró tanto al humano como a la draenei de arriba a abajo.
-Se nota a kilómetros que ustedes no son de por aquí y, es más, me atrevería a decir que son aventureros. Si, valientes aventureros en busca de emociones y épicas travesías para que las narren los juglares por los siglos de los siglos.
Pero no busco de esos- Karkamov soltó una carcajada y se golpeó la rodilla con la palma de la mano, se estaba riendo de su propia broma.
-Me preguntaba si quisieran participar en una expedición que estoy juntando, les pagaré 50 monedas de oro y tan solo les pido su ayuda y el 60% de todo lo que se junte- ¿Les parece bien?- Karkamov los miró espectantes- No sé ustedes pero para una expedición a las Profundidades de Roca Negra a mi me parece un buen trato...
Karkamov notó que cuando dijo a donde se dirigía, la draenei lo miró sorprendida.
-Así es, señorita. -Le habló a la draenei tomando un tono de narrador- Las misteriosas, agobiantes, infernal y oscuras Profundidades de Roca Negra. Donde los tesoros de la montaña, los secretos de la tierra y los poderes del fuego están guardados.-
Karkamov se tapó la boca con las manos súbitamente, la cerveza lo había hecho hablar de más.
-Bueno, ¿Quieren unirse a la expedición o no?-

Ya estaba todo listo, y quedaba una hora para reunirse con Karkamov. Kanur ya había hecho todos los preparativos: había llenado su carcaj de flechas para su ballesta, y había comprado y llenado un carcaj adicional. También había encargado dos mochilas grandes para transportar todo lo necesario, y también había encargado todas las provisiones que ambos eran capaces de cargar: carne y fruta secas, pan de viaje, que podía durar dos meses en buen estado, y tres cantimploras llenas de agua para cada uno. Seguramente Karkamov se enojaría con él por no llevar cerveza o alguna bebida alcohólica, pero era un riesgo que tendría que afrontar, desde la entrada a las Estepas Ardientes casi no había ningún asentamiento civilizado donde pudieran descansar y reaprovisionarse, y no podían darse el gusto de llevar algo que no fuera lo estrictamente necesario.
Kanur fue a la taberna donde se encontraba el enano, y vio que estaba charlando con un humano y una draenei.
-Karkamov, ya he encargado todas las provisiones, acompáñame en un par de minutos a buscarlas y llenar las mochilas-
-Exelente- dijo el enano, - Kanur, ellos son Kavala y Zhio. Creo que ellos están interesados en acompañarnos en la expedición-

Ni Kavala ni Zhio tuvieron tiempo para responder a la oferta del enano. Kavala había quedado sorprendida por la ligereza con la que el enano les comentó su plan (posiblemente esta ebrio, pensó, aunque con dudas), Zhio por otro lado guardo silencio tras ver la reacción de Kavala, después de todo el sabía sobre su problema (sería una gran oportunidad para ella. Sin embargo es una oportunidad riesgosa, él meditó)

A Zhio mas le importaba la respuesta de Kavala ante esta oferta que otra cosa en ese momento, aunque ella seguía sin decir una palabra.
El silencio comenzaba a incomodarle a Karkamov, empezó a considerar que quizá no debió soltar la información tan pronto.

Para tranquilidad de Karkamov el hielo se rompió con la llegada de Kanur.

-Karkamov, ya he encargado todas las provisiones, acompáñame en un par de minutos a buscarlas y llenar las mochilas-

-Exelente- dijo el enano, - Kanur, ellos son Kavala y Zhio. Creo que ellos están interesados en acompañarnos en la expedición-

Con la llegada de Kanur, Kavala confirmó que era el enano y no el alcohol el que hablaba. Lo que le dio tranquilidad y cierto aire de emoción. La idea de su profesor empezó pronto a dejar de parecer tan descabellada.

Kavala miró al huargen, quien llevaba cierto armamento consigo, y al... voluptuoso insecto que había llegado con el. Kavala cambio la mirada a Karkamov y a su blanca mascota.

-(Esta parece una escolta, podría funcionar... el enano puede conocer bien el camino y el huargen se ve decidido, quizá es una señal)- pensó ella.

Kavala se levantó de la banca mientras Zhio seguía observándola. Karkamov miro fijamente a la draenei que parecía finalmente tener una respuesta, la cual ya no le importaba sea lo que sea pues solo quería acabar con ese largo silencio entre ellos.

-Es una oferta única, realmente.- dijo kavala mientras daba un paso hacia el enano.

-Pero antes de decidir, debo saber que tan preparados están ante lo riesgos que podrían haber, como bien mencionaste (debo tener cuidado...).- Dijo bajando la voz.

-Las profundidades de roca negra no son de fiar.- Kavala quería saber lo preparados que ambos cazadores estaban y también los métodos con los que harían su "expedición".

Pronto Karkamov vio el punto al que iba Kavala, a lo que respondió.

-Le aseguro señorita que no somos unos cualquiera, no tomamos un tema como este como un juego y SI, le aseguro también que hemos de tomar las medidas necesarias para este expedición.

Kavala y Karkamov quedaron mirándose a los ojos por unos segundos sin decirse mas.

Kanur había guardado silencio tras su llegada, la conversación resulto ser mas profunda de lo que él pensaba.

Zhio siguió observando a Kavala, ansioso por escuchar su respuesta.

-No fue mi intención ofenderlo valiente aventurero pero debe entender que como postulante a la Liga de expedicionarios debo buscar la seguridad y efectividad de un equipo en una investigación de esta magnitud. Es por ello que debía preguntar...

Kavala miro Zhio (recordando sus palabras que no debía generalizar a todas las personas de un clan por uno solo)

-Y es por ello que he llegado a mi conclusión, puedo ver en usted confianza y determinación, grandes valores en un explorador de calidad.- Kavala regresó a Karkamov.- Acepto su oferta. Porfavor guieme hacia nuestro objetivo con esa determinación señor....

-OH! cierto, no me presenté.- Exclamó Karkamov.- Soy Karkamov Pielroca y no se preocupe no se llevara ninguna decepción de nosotros, no es así Kanur?                                
                               

El Comienzo

Khaz Modan, mitad del invierno, el viento soplaba como si intentara tirar los árboles de su sitio.
En una sencilla taberna a la mitad del camino hacia Loch Modan los aventureros se refugiaban de la ventisca.
Entre las mesas se encontraban dos figuras, una de ellas era un enano ya con más años de los que le gustaría aceptar, el otro era un elfo con ropas de viaje y aspecto cohibido.

El enano le tendió unos papeles al elfo.
-Se lo agradezco, buen señor- le dijo el tímido kaldorei.
-No tienes que agradecerme nada-Gruñó Karkamov- tan solo págame lo que pido.-
El elfo asintió nervioso y sacó de su abrigo un pequeño saco de tela, lo dejó sobre la mesa y lo empujó hacia el enano.
-Fantástico- exclamó Karkamov mientras se guardaba el saco en un bolsillo de su pantalón. Se acomodó mejor en la silla, subió los pies a otra y encendió su pipa.
Antes de empezar a fumar notó que el elfo seguía frente a él.
-¿Qué?-preguntó molesto- ¿Se te ofrece algo más?
El elfo hizo un esfuerzo por hablar.
-Hay otro trabajo disponible- logró decir el elfo- Un viaje las profundidades de RocaNegra.-
Karkamov levantó una ceja.
-¿A RocaNegra?- soltó con una carcajada- ¿Y para qué demonios quisiera yo ir a  RocaNegra ahora que estamos en paz con los Hierro Negro?-
-Es cierto que Thaurissan ha muerto y que la tregua se está llevando a cabo- prosiguió el elfo, ya con más confianza- Pero existe una bóveda de la cual no muchos saben, una bóveda en donde se encuentra un artefacto de gran interés para mis superiores-
-Ah, así que de eso se trata.- Karkamov se recargó y estiró los brazos para desentumirlos.- ¿Y quiénes son tus superiores?-
-El consejo de sabios del Círculo Earthen-
Karkamov intentó disimular su sorpresa, pero era lo más impresionante que escuchaba en varios meses.
-Así que el Círculo  requiere de mis servicios- Sonrió- ¿Y de qué artefacto estamos hablando?
-Es una reliquia de la antigüedad en la que mis superiores están muy interesados en estudiar, eso es todo lo que me autorizaron decir.-
Karkamov sospechó de esta declaración, pero el elfo pareció notarlo y agregó:
-Tu trabajo será bien recompensado, el propio Consejo de Sabios lo ha dicho.-

Muchas cosas pasaron por la mente del enano, pero había estado tanto tiempo sin hacer más que pequeños encargos, que la idea de una aventura de este calibre sobrepasó a todas las demás.
-Está bien.- Dijo secamente-  Acepto.-
-Se lo comunicaré a mis superiores- El elfo asintió y abandonó la posada.
-Necesitaré ayuda-. Gruñó Karkamov mientras se sentaba derecho en su silla, sacaba un pedazo doblado de pergamino de su bolsillo y empezaba a crear un anunció de reclutamiento, no era muy bueno con la caligrafía, pero era mejor que ir anunciándolo a viva voz por todos lados. Y más seguro, pues por lo menos los que respondieran sabrían leer…

"¿Necesitas dinero? ¿En busca de aventura? ¿Aburrido de lo de siempre?
¡Esta es una oferta que necesitas leer!
Se necesitan bravos aventureros para una expedición a territorios peligrosos.
Pero el trabajo duro será recompensado, la oferta es de 100 monedas de oro al finalizar el   trabajo ¡más todo lo que consigas en el camino!
Cualquier interesado pregunte en la taverna por Karkamov Pielroca."


El elfo nocturno no conseguía ver nada por la ventisca, tenía prisa y estaba siendo vigilado de cerca, no tenía mucho tiempo y tampoco conocía Loch Modan sabía que no llegaría a tiempo, que estaba condenado a morir si no encontraba a su hermano quién tenía la cantidad que la Elfa de Sangre pedía de otra forma iba a morir a sangre fría...

A lo lejos se alcanza a percibir luz y un par de enanos demasiado borrachos afuera de un establecimiento tratando de golpearse uno al otro. El Elfo en un intento por ubicarse entra en aquel lugar...
"Disc--- Discul--- ¡ESCUCHENME!".

La música se detiene y los gritos se  dejan de escuchar en todo el lugar y quedan algunos murmullos. "De casualidad alguien sab..."
"¡A nadie le interesa... hic... Elfo!" Y de nuevo el escandalo se hace presente.

El elfo sabe que su hermano no está en esa taberna y definitivamente no hay tiempo para llegar a Kharanos. La angustía empieza a hacerse presente en su pecho. "Tal vez pueda huir," -empieza a divagar- "tal vez... tal vez en la bodega de cerveza me pueda esconder ella es demasiado cobarde, jajá, estupida elfa no contó con que me podría refugiar aquí la quiero ver entrar aquí y enfrentar a estos honorables heroes  o tal vez ¡puedan prestarme algo entre todos le pago aquí mismo y que deje de molestar!! ¡¡AH!! es inutil, nunca va a dejar de molestar... ¿¿cómo llegué a este punto?? ¿¿Será mi final?? Soy muy joven para morir, dentro de 2 semanas es mi boda y...". Había pasado mucho tiempo ya y ya algunas Ideas locas como la de robar el lugar entre otras empiezan a asaltarlo cuando se le acerca el dueño del lugar con otro de sus amigos y le aclaran de la manera "más atenta" que consuma algo o será mejor que se vaya, El elfo solo lanza una  mirada  esquiva a la salida cuando ve un letrero:

"¿Necesitas dinero? ¿En busca de aventura? ¿Aburrido de lo de siempre?
¡Esta es una oferta que necesitas leer!
Se necesitan bravos aventureros para una expedición a territorios peligrosos.
Pero el trabajo duro será recompensado, la oferta es de 100 monedas de oro al finalizar el trabajo ¡más todo lo que consigas en el camino!
Cualquier interesado pregunte en la taverna por Karkamov Pielroca."

"¡100 monedas!, más de lo que necesito para saldar mi deuda, solo necesito hablar con ella pedirle un poco mas de tiempo, tal vez mi hermano me pueda prestar más para la expedición, nah no creo que quiera, mi tío tal vez pueda, despues de todo está en Hyjal y me debe algo puedo pedir más de la cuenta aunque ahora se ha sabido por todo Teldrassil que visito muy seguido la casa de subastas en Gadgetzan... ¡Rayos! Ya no será una sopresa lo de el regalo de bodas, apenas acabe de pagar
 Escorpión de Durotar consigo  Escoba encantada y habré de completado la colección de ---"

"MUY BIEN FORASTERO SI NO VASh A CONBEBER CON NOSOTROSh NI A PAGAR POR TU INDEShEABLE ESTADÍA AQUÍ... HIC... ShERÁ MEJOR QUE TE VAYAS... ES UN EVENTO PRIVADO... SI NO QUIERES PROBLEMASh hic! NO ESh LA PRIMERA ADVERT---"

Varias explosiones se hicieron presente dentro de la taberna, apenas se repusieron algunos enanos prepararon sus armas. Otros tirados, inconscientes, otros malheridos por las granadas de cobalto fragmentadas... Enanos listos para responder el ataque, salían por las ventanas ya rotas otros por la puerta y otros simplemente guarecidos entre los cuerpos tirados en el suelo apuntando con sus rifles lo que se pudiera distinguir en la ventisca...

 Apenas se disipó el humo se notaban tres figuras afuera en la nieve, las luces y el ruido de motores amortiguaban el suspenso... dos motos y un cohete yacían vacíos... "AUXILLLL..." Los enanos adentro de la taberna trataban de seguir rastro de la voz que apenas 1 segundo se hizo presente y se esfumó pidiendo auxilio. "¡ESTÁN ADENTRO!!!!!!" gritó el Tabernero cargando su rifle. Acto seguido los enanos de afuera apenas pisaron de nuevo la taberna, hubieron otras cinco detonaciones, ésta vez más estruendosas, hacían retumbar el suelo y fueron mucho más mortiferas.

 Apenas Rasciel pudo reponerse trató de salir sigilosamente de su refugio de barriles vacíos, tomó aquel anuncio tirado en el suelo cubierto de restos y quiso salir por la ventana, pero la que alguna vez sirvió como puerta ahora solo obstruía una de las salidas próximas a él, la ventisca, el humo y el incendio parecían nublar su juicio en ese instante su única urgencia era huir, correr hacía dónde por error citó a su hermano, dónde se hayaba su única esperanza en que esa noche no fuera su última; un segundo después dió la vuelta para darse cuenta que apesar de el denso humo se notaban un par ojos verdes brillantes, eran enormes y con una mirada furtiva, cruel, fija en los ojos del aquel paralizado Rasciel. "... n-n-¡No es ella!" -pensó- "N-No puede ser ella, no es nisiquiera mujer... es rubio no puedd-de ser Ârv---".

De pronto otra figura irrumpió la escena, ésta vez, no había dudas. La elfa de sangre tomó a Rasciel y lo estrelló violentamente contra la ventana tirandolo afuera en la nieve. "¡¡Mi.. mi espalda... AAGHHH... Auxilioooo!!!" -Buscando con una mirada aterrada ayuda Rasciel solo encunetra una la aldea  ardiendo en llamas, tal vez siete u ocho habitantes huyendo al norte, y la mayoría de los guardías yacen muertos, su sangre derramada contrastaba en la nieve-  "¿Y... Bien?". -con un tono burlón- "Decidiste tomar una copa antes de pagarme y te demoraste demasiado, no?. He oído que el lugar tiene buen ambiente pero ciertamente te dejé respirar 40 minutos más de la cuenta y ¡dáh! nisiquiera es dónde acordamos.

Tú roba-mascotas de m---" -Interrumpe Rasciel mientras escupe sangre- "YO NO LAS ROBÉ!, Cómo podría!! está la casa de subastas!! Rob---" "L-O-L, ¿en qué condiciones crees que estás muchachito no deberías hablarme en ese tono, sabes?, arruinar mi negocio de mascotas en la casa de subastas lo considero como ROBO, durante 2 meses te estuve advirtiendo, los precios se fueron devaluando demasiado rápido con tu llegada a Gadgetzan. Fui paciente, que no es mi mejor atributo, debo admitir, jiji, pero creo que me pasé de buena persona". - Buscando alguna señal de su invisible camarada, la paladín se límita en pronunciar- "Kisunn, procede... porfas" - con voz ronca.

De las sombras: Una daga envenenada termina clavada en el pecho de aquel Elfo nocturno que visitó Loch Modan esa lamentable noche.

"Duh!, no tenía oro ni para regresarse a Ashenvale este tipo..." -Revisando el maletín en el que se supone deberían haber mascotas y una suma no tan decepcionante de dinero, con curiosidad Ârvizu toma el anuncio que yace cerca del maletín-

"uhm ¡¿qué dice?!" -decía Gizem, quién acomodaba un barril de cerveza en su moto.
" Veamos: ¿Necesitas dinero? ¿En busca de aventura? ¿Aburrido de lo de siempre?
¡Esta es una oferta que bla bla...


Se necesitan bravos aventu-" blah bla bla blah... Bueeeno... dan 100 de oro. Sí de algo puede servir, no pierdo nada... En Orgrimmar nos sobran ladrones y nunca falta a quién no le moleste recibir el dinero de estos... chaparros alcoh---" -Gizem dejando salir una carcajada la interrumpe-

"Dejame ver si entiendo, ¿quieres que alguien en la horda acuda al llamado de aquel enano, sin que le adjudiquen lo que pasó ésta noche?!" -despues de tragar saliva y desviar la mirada hacia lo que quedaba de techo en la taberna, ésta responde- "Podría dejarlo en el barco de Ratchet y ser un ally quién se presentara". Derepente lo que quedó del cristal de las ventanas empezó a retumbar, los refuerzos de el sur y norte de Thelsamar venían a todo galope. Analizando la situación Ârvizu grita: "¡¡¡Rápido, Hacia Badlands!!!".

Dejando entre las cenizas el anuncio de Karkamov Pielroca.